Semana 3 – Sábado
Cielos Abiertos, Gloria Derramada
Joel 2:28-29 – “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.”
Introducción
Hay momentos en la historia en que el cielo se abre y nada vuelve a ser igual. El día de Pentecostés, un grupo de 120 creyentes estaba reunido en oración, y de repente, vino del cielo un estruendo como de viento recio… y la gloria de Dios descendió para quedarse.
Este es el clímax de nuestro ayuno y oración: no solo ver destellos, no solo escuchar truenos, sino vivir bajo un cielo abierto, recibiendo un derramamiento continuo del Espíritu que transforma personas, familias, ciudades y naciones.
Explicación
La promesa de Joel se cumplió parcialmente en Hechos 2, pero su plenitud continúa hoy. Cuando los cielos se abren:
- El Espíritu se derrama sin límites, alcanzando a toda generación, clase social y trasfondo.
- Los dones y ministerios se activan de forma masiva.
- La salvación y los milagros se vuelven el pan de cada día.
Un cielo abierto no es un evento de un día, es una atmósfera constante donde la iglesia vive bajo la nube de Su presencia, caminando en poder y autoridad para la expansión del Reino.
Aplicación
Hoy, oramos y declaramos:
- Que sobre nuestra congregación haya un cielo abierto permanente.
- Que cada hijo e hija de Dios reciba una nueva medida del Espíritu.
- Que los dones se activen y los ministerios se levanten con fuerza.
- Que milagros, sanidades, liberaciones y salvaciones confirmen que Cristo vive y reina.
Este no es el final de un ayuno… es el inicio de una nueva temporada.
Conclusión
Hermano, hermana, Dios no te ha traído hasta aquí para dejarte igual. Este ayuno ha preparado la tierra, ha roto cadenas y ha abierto los cielos. Ahora es tiempo de caminar en lo que Él ha derramado.
Lo que el Espíritu está soltando sobre nosotros no se detendrá. Su gloria cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar… y tú eres parte de ese cumplimiento.
Oración
Señor, en el Nombre de Jesucristo, declaro cielos abiertos sobre mi vida, mi casa y mi iglesia. Derrama Tu gloria sin medida, activa Tus dones, levanta ministerios y confirma Tu palabra con milagros, señales y prodigios. Que este sea el tiempo de cosecha y expansión de Tu Reino, hasta que toda la tierra sea llena de Tu gloria.
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Week 3 – Saturday
Open Heavens, Glory Poured Out
Joel 2:28-29 – “And afterward, I will pour out my Spirit on all people. Your sons and daughters will prophesy, your old men will dream dreams, your young men will see visions. Even on my servants, both men and women, I will pour out my Spirit in those days.”
Introduction
There are moments in history when heaven opens and nothing is ever the same. On the Day of Pentecost, 120 believers were gathered in prayer, and suddenly, a sound like a mighty rushing wind came from heaven… and the glory of God descended to remain.
This is the climax of our fasting and prayer: not just seeing flashes, not just hearing thunders, but living under an open heaven, receiving a continuous outpouring of the Spirit that transforms people, families, cities, and nations.
Explanation
Joel’s promise was partially fulfilled in Acts 2, but its fullness continues today. When the heavens open:
- The Spirit is poured out without limits, reaching every generation, social class, and background.
- Gifts and ministries are activated on a massive scale.
- Salvation and miracles become daily bread.
An open heaven is not a one-day event; it’s a constant atmosphere where the church lives under the cloud of His presence, walking in power and authority for the expansion of the Kingdom.
Application
Today, we pray and declare:
- That over our congregation there will be a permanent open heaven.
- That every son and daughter of God receives a new measure of the Spirit.
- That gifts be activated and ministries rise up with strength.
- That miracles, healings, deliverances, and salvations confirm that Christ lives and reigns.
This is not the end of a fast… it is the beginning of a new season.
Conclusion
Brother, sister, God has not brought you this far to leave you the same. This fast has prepared the ground, broken chains, and opened the heavens. Now it’s time to walk in what He has poured out.
What the Spirit is releasing over us will not stop. His glory will cover the earth as the waters cover the sea… and you are part of that fulfillment.
Prayer
Lord, in the Name of Jesus Christ, I declare open heavens over my life, my home, and my church. Pour out Your glory without measure, activate Your gifts, raise up ministries, and confirm Your word with miracles, signs, and wonders. Let this be the time of harvest and expansion of Your Kingdom until the whole earth is filled with Your glory.
